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Resultados sobre la opinión de las personas respecto a diversos aspectos relacionados con los movimientos migratorios y la diversidad.

La encuesta fue realizada 63 jóvenes –mujeres y hombres- entre diecisiete y dieciocho años, de los cuales siete correspondían a inmigrantes. Estudiantes de Bachillerato en dos centros de educación pública, del Distrito Sur de Córdoba Capital.

Con esta encuesta se pretendió realizar un sondeo de opinión respecto a diversos aspectos relacionados con los movimientos migratorios y la diversidad. De las respuestas de las personas encuestadas, se puede observar que en su mayoría esta población jóven se sienten bastante “ciudadana/os del mundo”, especialmente la población inmigrante. Las mujeres, en cambio, tienen un sentimiento de pertenencia más tradicional, es decir, más cercano a su comunidad autónoma.

En casi un 67% ellas tienden a coordinar sus identidades, sintiéndose “tan españolas, como de mi comunidad autónoma”. Frente a la pregunta sobre la definición política, el 93% de la/os encuestada/os dice no identificarse con ninguna opción, mientras el 7% restante se identifica más con la izquierda que con la derecha. Respecto a la pregunta sobre sus creencias religiosas, el 67% dice ser católica/o no practicante, el 32% no creyente y el 1% restante, como agnóstico.

La segunda parte de la encuesta que buscó comprender la percepción que tienen los encuestados sobre los derechos y deberes de las minorías ciudadanas (minorías religiosas, étnicas y sexuales), muestra que un 65% dice estar de acuerdo con la prestación de servicios públicos a inmigrantes regulares, pero no obstante están a favor de la limitación de su entrada, así como en contra de que practiquen sus tradiciones culturales. Dentro de esta misma lógica, sin embargo, se presentan respuestas contradictorias frente a la pregunta sobre la “unidad cultural” del país. Las opiniones de las personas encuestadas se dividen entre un 57% que cree que un país es mejor que casi todo el mundo comparta las mismas costumbres y tradiciones, mientras el 43% esto no es fundamental. Ante la siguiente afirmación “Un grupo en que se toleran demasiado las diferencias de opinión, no puede durar mucho”, los encuestados se dividen casi proporcionalmente entre el acuerdo y el desacuerdo.

En conclusión, se desprende que los encuestados son más tolerantes a la aceptación de la diferencia en términos privados, mientras que en el espacio público endurecen su percepción. No obstante, también pudimos comprobar que este instrumento de medición tiene evidentes falencias, pues, pese a que la encuesta se diseñó intentando evitar preguntas que llevaran a respuestas muy condicionadas a lo “aceptable socialmente”, éstas respuestas contrastan de manera patente con el discurso hablado (espontáneo) durante el debate, de los mismos sujetos encuestados, el cual en general demostró una actitud desfavorable en torno a la inmigración con frases como “…si van a estar igualmente mal aquí, por qué mejor no se quedan en sus países” (emitida por una joven tras la discusión de una escena de las “Las cartas de Alou” en que se abordaba el tema de las dificultades que tienen los inmigrantes para encontrar trabajo e integrarse en la sociedad, concretamente las discriminaciones que sufren y la hostilidad de la comunidad de acogida).

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